Cuando se piensa en barandas, lo primero que viene a la mente es protección y seguridad. Porque la baranda es ante todo un elemento de contención, una barrera para evitar caídas. Sin embargo, en los últimos tiempos ha cobrado un protagonismo especial en el diseño de fachadas e interiores, no dejando de lado su función protectora, sino sumando cualidades decorativas.
Las tendencias actuales de construcción y diseño procuran la mayor transparencia y levedad. Con esta intención se busca que los elementos arquitectónicos pasen desapercibidos, que no compitan con el diseño, sino que se integren al mismo.
Las barandas se proponen sin estructuras metálicas aparentes, para que no exista interrupción visual y se pueda disfrutar al máximo del paisaje circundante. Contribuye a potenciar el resultado la utilización de "cristales ultraclaros", totalmente transparentes, sin ningún tinte de color en su masa.
Impresiones por serigrafía en los cristales y soportes metálicos de cuidado diseño aportan asimismo un toque único, especial, distintivo y distinguido, convirtiendo a las barandas en elementos modernos, funcionales y altamente estéticos, que engalanan cualquier obra.